Después del desconfinamiento, la vida en la oficina ya no será igual
Tomar un descanso para el café, ir a desayunar, abrir un paquete, saludar a los compañeros… Todas estas pequeñas cosas de la vida diaria son ahora diferentes. Cuando no han desaparecido simplemente. El trabajo en espacios cerrados después del desconfinamiento y mientras el covid-19 siga circulando, trastorna todos nuestros hábitos, nuestras relaciones con los demás y a veces también dificulta un poco nuestra espontaneidad.
La vida profesional de los españoles se ha visto transformada por la pandemia, especialmente para aquellos que han descubierto o redescubierto el teletrabajo. Y, aunque se sigue fomentando la continuidad de esta situación, para muchos es hora de volver a la oficina.
De acuerdo con los protocolos del gobierno, el trabajo de oficina debe cumplir varios criterios. Cada empleado debe tener un espacio mínimo de 4 m² y el uso de una mascarilla es obligatorio si la distancia física no es posible. La regla de la distancia física no sólo se aplica en las oficinas, sino también en los pasillos, los baños, la cafetería, el comedor, etc. Además los trabajadores deben tener permanentemente a su disposición agua y jabón, geles hidroalcohólicos o desinfectantes con actividad viricida.
En cuanto al ascensor, se utilizarán preferentemente las escaleras, y cuando sea necesario su uso no se hará por más de dos personas si es de 8 m² o más y si es más pequeño sólo se permitirá una persona.
Los empleados no deben tocar las puertas de acceso al entrar y salir, a menos que haya gel hidroalcohólico disponible en ese lugar. Las normas de limpieza implican que los locales deben ser desinfectados todos los días, y los objetos o muebles regularmente tocados por los empleados deben ser desinfectados varias veces al día.
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Desconfinamiento: ¿cómo mantenerse motivado a pesar de la recuperación?
El desconfinamiento ha comenzado a pasos pequeños, y para muchos significa un regreso al lugar de trabajo. Aunque el teletrabajo siga siendo la norma, no siempre es fácil volver al ritmo normal después de varias semanas de trabajo en casa o de desempleo temporal.
Volver a trabajar genera sentimientos encontrados: alivio para algunos y preocupación para otros. Por otro lado están los que continuarán trabajando en casa, mientras que otros no tendrán más remedio que seguir en paro temporal. En cualquier caso, encontrar el camino de vuelta al trabajo con la motivación suficiente es una dura prueba.
Si has pasado más de dos meses trabajando desde casa o sin trabajar, volver a la rutina diaria no es fácil. Averigua qué te espera en la oficina. No dudes en planear tus días, con una lista de tareas para hacer. Fijar un intinerario es importante para que no te agobies. También haz un balance de los aspectos positivos y negativos que el teletrabajo (o el desempleo temporal) te ha traído.
¿Cómo lidiar con el miedo?
¿Cuántos de los que regresan al trabajo en estos días están impacientes por volver a trabajar? ¿Cuántos son los que tienen miedo? Tanto un caso como el otro son peligrosos. En el primero que pueden olvidarse de tomar las precauciones necesarias contra el virus. En el segundo existe el riesgo de perder toda la motivación mientras el miedo asume el control.
Contras las prisas por volver, puede ser suficiente con informar, explicar y controlar, ¿pero contra el miedo? En primer lugar, es necesario tranquilizar, y con hechos más que con palabras. Organizar el espacio, respetar las distancias mínimas adaptando los puestos de trabajo, ajustar los horarios, teletrabajar cuando sea posible…
¿La productividad puede verse afectada? Tal vez. Pero es menos grave que poner en peligro a los empleados. La seguridad, aunque tenga un costo, es una prioridad absoluta.
¿Cómo cambiará esta experiencia la forma en que trabajamos?
Esta crisis no ha hecho más que acelerar una tendencia que ya estaba en marcha desde hace varios años. Podemos imaginar que esta situación se generalizará mucho más en el futuro.
La posibilidad de teletrabajar es un argumento que se solicitará cada vez más por todas las partes. Es cierto que esta práctica ayuda a resolver muchos problemas. La flexibilidad que da a los trabajadores les permite organizar mejor sus días y conciliar mejor su vida personal y profesional. En un momento en que los precios de los alquileres están subiendo, el teletrabajo también permite encontrar un trabajo en una gran ciudad sin tener que vivir en ella.
Esto permite vivir en viviendas más grandes y mejorar la calidad de vida en una zona donde los precios son más asequibles. Estos son argumentos a los que también son sensibles los recién llegados al mercado laboral. Es probable que estas prácticas, que fueron marginales en el pasado y más bien reservadas a los trabajadores independientes, se generalicen en el futuro.
Pero no solo puede beneficiar a los empleados, en estos tiempos inciertos el teletrabajo permitirá a las empresas controlar mejor los altísimos costes fijos de la propiedad. Las empresas querrán prescindir de las oficinas por completo y reclutar empleados que trabajen el 100% del tiempo a distancia.
La mayoría de empresas han abordado este período de confinamiento sin estar necesariamente preparadas para ello. El teletrabajo no ha ido muy bien en las empresas donde no hay mucha confianza en los equipos, donde la cultura de la presencia y la supervisión de los empleados es aún muy fuerte o sus sistemas informáticos no estaban preparados. Esta experiencia se ha desarrollado mejor en empresas acostumbradas a una cierta dispersión de los trabajadores y al uso de herramientas de colaboración online. Este es un prerrequisito esencial para que el teletrabajo sea un éxito en cualquier empresa.
Valorar la experiencia
Durante el confinamiento, las condiciones de trabajo han cambiado drásticamente sin preparación previa. Después de haber identificado las dificultades de los empleados y de las empresas y de haber tomado las medidas necesarias, hay que elogiar la capacidad de adaptación, reconocer los esfuerzos realizados durante la crisis, valorar el desarrollo de las competencias que se hayan podido producir, la autonomía, la versatilidad, la inventiva y el compromiso de todas las partes implicadas.